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domingo, 19 de febrero de 2012

Carnaval Txuriurdin




El partido matinal contra el Granada era una auténtica oportunidad para disfrutar del carnaval. Sin embargo, los donostiarras no dieron rienda suelta a su imaginación y los disfraces no lucieron como debieran por el estadio granadino. Los jugadores de la comparsa donostiarra se empeñaron en jugadas y disfraces imposibles. Ni tan siquiera la variedad futbolistica y musical de la comparsa y carroza rivales les animó a sumarse a la fiesta.
El espectáculo que ofrece cada equipo esconde muchas horas de entrenamiento pero la coreografía  donostiarra no se parecia en nada a la del domingo pasado. Ya no nos sabiamos los pasos del baile.
Las carrozas fueron para todos los gustos y los disfraces de gran variedad. Los granadinos parecían el carnaval brasileño de Río de Janéiro, pero los txuriurdin iban vestidos de época, con máscaras y tocados propios de los carnavales venecianos, que les impedían desarrollar un juego eficaz, dando la imagen de un equipo blando, sin pegada y falto de identidad para competir como manda el Dios Momo.
Los carnavales no entienden de horarios, ni tan siquiera de los errores arbitrales. Te brindan la oportunidad de elegir el disfraz y baile que te parezca oportuno. Pero, una vez mas nos habíamos confundido de traje y melodía
Otra oportunidad perdida de la comparsa blanquiazul. Ni los jugadores se sabían la coreografía ni el entrenador supo elegir el disfraz ni la música apropiada e incluso tardó, como ya nos tiene acostumbrados, en cambiar la melodía cuando más hacia falta.

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